jueves, 29 de noviembre de 2012

LAS DELICIAS DE LA VIDA SENCILLA



Iscalá
El entorno consumista, la insana competencia, la atractiva y falaz publicidad, los medios, el deseo de aceptación, los estereotipos perversos de éxito y belleza, todo se confabuló contra el verdadero paraíso que es la vida sencilla; el desplome del sueño americano ocurrió porque invirtió el binomio SER-TENER por el de TENER-SER y entonces fue la debacle del mundo interior del individuo que es donde se construye la felicidad.

Desde siempre he vinculado la presencia de la felicidad con un entorno bucólico y pastoril como fue el entorno de mi infancia a la que recurro para recuperar la alegría de la vida natural y simple; pretender adaptarme y entender el mundo de la competitividad, del cemento, de lo externo, de lo vano, de lo fútil, de la forma, de lo estereotipado, me produjo insanía mental e infelicidad sin cuento.

utensilios con alma
Aprender a vivir el momento presente que un entorno tele-transportador me quiere robar permanentemente, ha sido el mejor de mis éxitos, me he sobrevivido a mí misma y he rebasado  prejuicios y dogmas que me empujaban a seguir un derrotero infernal: estudie, pero no para la satisfacción personal sino para ser mas competente y competitiva frente al otro; busque pareja, no para compartir y caminar la vida, sino para exhibirla como un arete por su posición social y su cuenta corriente, para que provea, para que cubra necesidades; tenga casa, carro y bienes para exhibir; amigos para utilizar; manténgase bella y joven para que la amen; viva proyectada al futuro, la seguridad está en los bienes materiales y en los contactos sociales……y así ad infinitum, todo en pro de lo ostentable, lo medible, lo aparente…..el horror, el infierno, la ignominia, la indignidad. Entenderlo me ha costado, pero aquí estoy viva, disfrutando de este sencillo momento de soledad e intimidad que alumbra una mañana azul, en donde siento el latido de mi propio corazón.

Veo gente que vive en casas llenas de cosas innecesarias, adquiridas para mostrarlas a otros, la mayoría de las veces sin los dictados del buen gusto, en donde todo es aparente y engañoso,  sin alma. Estar al servicio de las cosas aliena y trae infelicidad, el esnobismo, la pedantería del dinero y el arribismo social son de una imbecilidad que me causa lástima, son personas verdaderamente infelices que no soporto sino en mínimas dosis y eso echando mano de la compasión budista. En cambio, cuanta paz y bien trae a mi vida el contacto con los seres que saben que el dinero y los bienes materiales son servidores, no amos; en la medida en que lo entiendo y lo vivo, aligero mi equipaje y necesito menos.

El rincón de lectura
La belleza es algo que brota de dentro hacia afuera, para que florezca requiero solo de paz y serenidad, yo que soy el mejor conejillo de indias de mi laboratorio existencial lo he comprobado de primera mano; cuando juiciosamente me quiero y me cultivo, el espejo me devuelve unos ojos vivos y apacibles, una sonrisa satisfecha, una piel llena de vida; si hago dieta adecuada, si selecciono lo que me como, mi cuerpo agradecido retoma sus formas; si no me detengo en pensamientos tóxicos, si me rodeo de aquello que amo y me conviene, si me fundo con la naturaleza, experimento a una mujer que en el otoño de la vida comparte con el universo la belleza de lo adecuado y lo vital.

El herbario
El facilismo es inocuo, inane, de nada me sirve caminar con tenis adelgazantes sino no hago dieta y ejercicio; el botox y los arreglos quirúrgicos son costosos, innecesarios e inconvenientes, constituyen una especie de indignidad del presente, me basta mirar esos pobres seres desgastados por el esfuerzo de aparentar, con rostros inflados, abotagados y sin expresión, sin que los rigores de la edad hayan mermado un ápice; me producen escozor y nada de solidaridad, las mujeres con los senos de plástico, redondos y en la garganta,  sobrellevando infecciones,  drenajes y quirófanos, para lograr que las quieran mas. La belleza es ese algo trascendental que conmueve positivamente el alma y los sentidos a partir de una morada interior construida y de una actitud digna. Amo mis arrugas, me las gané en franca lid caminando la vida, me siento bella cuando hago conmigo lo que toca, y lo hago porque sé del horror de sentir que soy Mr Hyde.

El despertador que quiero cada mañana es el canto del gallo, la casa que quiero tiene humo en la chimenea y alma, para comer lo natural y orgánico, para beber agua del reservorio que olí, sentí y degusté hace unos días en la Montaña del Oso, para compartir, aquellos que saben que las cosas valiosas no las venden en los almacenes, para amar, a Clemencia, sin este prerrequisito, poco es lo que puedo hacer en la materia y si de pareja se trata, una que converse delicioso, abrace con ternura y pasión y se tienda conmigo sobre el pasto a mirar la estrellas.